¿Cómo reconocer al oportunista político?

La confianza es una necesidad emocional que nos permite relacionarnos con las personas y las instituciones en forma sana: sin estar dominados por la incertidumbre, por el miedo y la angustia. La confianza nos proporciona estabilidad y tranquilidad en el orden.
Diariamente nos nutrimos con una dosis cada vez mayor de desesperanza que nos entregan los medios de comunicación, y no creo que lo hagan por maldad o por subir sus ventas o audiciones. Muestran una realidad que posiblemente se exagere o no, pero realidad a fin de cuentas y una triste realidad comprobable.
Parece ser que en nuestra brillante civilización ha pasado a ser un número, un instrumento de producción que se mide por la renta Per cápita. Parecería que la felicidad es material y está por sobre los valores que se recitaron una y otra vez en las campañas electorales que hablaban de esto mismo, de valores. Hoy la confianza en los políticos no es la misma, pues ellos han terminado por traicionarse y autoconvencerse que lo que hacen, lo hacen por el pueblo, y no en beneficio propio, ni de su bolsillo, ni de su dieta.
Mi abuelo me decía cuando yo aún era joven y bueno como la leche, -Las callampas salen en invierno y los oportunistas todo el año-, Todos ellos son asiduos a participar de la marcha de los antifaces, donde se muestra la cara más conveniente, la que se muestra al público elector, quien cae en la trampa y como corderos van al matadero a tirar la raya en un voto lleno de nombres vacíos de valores y llenos de ansias de poder, y por supuesto con el ojo puesto en procurarse un sueldo fácil, para el cual casi no se piden ni habilidades, ni instrucción. Nadie que se precie de ser un oportunista da rienda suelta a su palabra para apoyar a alguien que no es popular, eso quita piso político en los electores, sin embargo deja de manifiesto al desnutrido y poco calificado politiquero sin preparación, pero que a la vez es un fino gourmet depredador de corderos. Muchos de ellos además son ciertamente cobardes, sienten miedo constantemente y son incapaces de pararle los carros ni al perro. ¿Cómo solucionan estas insuficiencias de espíritu? y esas enjutas mentes vacías con poca sustancia y mucho miedo de nunca poder terminar lo que empiezan… “Con el oportunismo político”. -Apatotado dice el dicho, es el que no sabe contestar ni defenderse ni atacar a su adversario de frente y solo.
-Solitos se defienden los que tiene patas y el que se limpia los zapatos con la lengua desnutrida de conceptos de los débiles, cobardes y oportunistas, o sea, puros perros flacos con corbata. Estos especímenes rastreros, que tienen una característica que los identifica y que la tienen pegada en el pellejo “No mantienen su palabra” Asiduos a hablar por detrás, cuando el que los masacró y que los gana con largueza no está presente, esta es una característica más que identifica a los oportunistas, donde quiera que se escondan, ya sea detrás de una corbata o de un cargo poco merecido.
El oportunista brilla como letrero luminoso, se ve de lejos y siempre está metido en política. Zafarse del oportunista es difícil, casi imposible, pero cada cuatro años se les da esa posibilidad, así que la próxima vez que vote, vote por el menos oportunista y por el más sincero, así de simple. Para mí el partido es lo menos importante, es como la cola del perro, algo que generalmente cortamos para que se vea más armónico, algo que casi está demás y que a veces da mal olor. Muy por el contrario, para mí, lo más importante es el mérito, pero por sobre todo la confianza que genere en mí ser más intimo, el que caminará durante cuatro años por las calles de mi ciudad, siendo una autoridad, que puede ser un oportunista o una persona confiable, de esas que mantienen su palabra, aunque lo pierdan todo intentándolo. El que vale la pena, el que se puede saludar y sentirse bien al hacerlo, siempre será reconocido como Un Guerrero de la Luz. El resto sólo ataca en las sombras y se mueve en la oscuridad de su fétida alma.
Nadie puede negar lo trascendental que es la economía y el acceso al dinero, pero ésta debería estar al servicio real del hombre y no servirse mezquinamente de él, movida por la avaricia de algunos y la ambición desmedida de otros.
Todos sabemos las consecuencias catastróficas que estos vicios han traído al mundo.
A comienzos del siglo XX, un pensador ruso, Soloviev, clamaba por el nacimiento de una nueva era, en que el hombre fuera reconocido como persona y no sólo como un agente de producción; donde la sociedad respetara los pactos y la palabra dada, porque eran sagrados; donde las leyes buscaban acomodarse al orden natural y al bien común; donde los valores religiosos podían guiar a los espíritus, y donde la ley de Dios orientaba el actuar humano. Donde a los tibios y oportunistas se los vomitaba lejos del hogar, para que no llegara ni siquiera el hedor de aquellos que participaban de la marcha de los antifaces.
Los oportunistas tienen un dicho…Todos los días nace un Wón y el que lo encuentra es pa´ él.
Iván Quintana
Profesor, Licenciado en Educación
Director Tejemedios