ALGUNOS DE NUESTROS CHILENISMOS

En este espacio que es sólo mío y de nadie más, he querido hacer un aporte a la cultura y no escribir de cosas malas, feas, truchas, regulares, ni menos de la podrida política, -estoy un poco saturado de eso- y revolviendo unos papeles en un cajón de la cómoda que nadie ocupa, encontré unas fotos viejas, papeles que ya no sirven, monedas del año ñauca, un calcetín sucio, una lupa, una carta de amor y un título de profesor, y eureka, haciendo un poco de honor al cartón y no mucho por cierto, me dije, aquí está la editorial para sacarme los pillos de todo el tiempo en que no he escrito nada y todo el tiempo en que le he sacado el cuerpo a las responsabilidades de opinar in profundis…-No quiero calentarme la cabeza con cosas sin solución-.

Recordando a un profesor de Lenguaje II de la Universidad Adventista, y que nos enseñaba cosas súper raras pero interesantes, aquí les dejo una batería de cultura con el origen jamás escrito de algunos chilenismos que todos ocupamos, pero que no tenemos idea de cuál es el origen de estas acertadas y luminosas palabras. Pero antes les dejo de regalo, un barniz muy raro, y poco usado de cultura general que muy pocos manejan “curiosidades de la vida misma diría yo”.

TRES NOTAS CULTURALES QUE TODOS DEBEMOS SABER
1La palabra ojalá, al igual que muchas otras palabras, no es chilena, es Árabe y como buenos ladrones, la robamos care palo a los quiridis. -En Chile se interpreta como la intención o deseo de que pase algo, que ocurra lo que esperamos -OJALÁ QUE ME SUBAN EL SUELDO-. Pues bien, en el idioma Árabe se escribe igual OJALÁ, pero se pronuncia  aparte OJ-ALA y significa Quiera-Dios. En definitiva, en ambos países es lo mismo, sólo que el roto y ladrón chileno, dejó a Dios fuera.

2- El número 4 en los números romanos se escribe así (IV), sin embargo si usted tiene la oportunidad de ver un reloj con números romanos, de pared o de pulsera, se dará cuenta que el número 4 es representado por un número que no existe y es así (IIII), efectivamente cuatro palitos remplazan al 4 y ese error está presente en todos los relojes del mundo,excepto en el Big Ben de Londres.

La respuesta es muy triste, pero histórica. En el siglo XIV en una corte francesa, el Rey de la época mandó a hacer un reloj al relojero real, para dárselo de regalo a un príncipe búlgaro que se encontraba de visita en su palacio. El problema es que el relojero estaba enfermo, y luego de fabricar una hermosa armazón con forma de catedral y de instalar la perfecta maquinaria, le pidió al aprendiz que pusiera los números y el cristal. Como era de esperarse, el aprendiz ya era muy diestro en la fundición, pintado y tallado, pero no tenía mucha educación, así que cuando le tocó hacer el número 4 con finas láminas de oro, las que eran cortadas a mano, pensó que lo más lógico era que si el número 3 era representado por tres palitos III, de la misma manera el número 4 debería ser representado con cuatro palitos IIII y así lo hizo. -El relojero real se encontraba tan enfermo en cama, que mandó a dejar el reloj al palacio luego de que se lo mostraran en su lecho. Estaba tan débil y corto de vista que no advirtió el peculiar número 4.
Cuando el reloj fue entregado por el rey al príncipe, este último advirtió el error y se rio diciendo, ¡”Este reloj es único, me encantó el detalle del número 4”! y felicitó al Rey por su buen sentido del humor y se siguió riendo a carcajadas. -Por su parte el Rey, verde de rabia, disimuló su enojo y despidió cortésmente a su invitado. Cuando este se fue, el Rey mandó a buscar al relojero, el que fue sacado de su cama y llevado con escolta militar al palacio. Al estar frente al Rey y enterarse del error, pidió perdón y le explicó que estaba enfermo y que su aprendiz era quien se había equivocado, sin embargo el Rey dijo: “Tú eres el patrón, eres quien manda en tu taller y si tu aprendiz no sabe hacer su trabajo, es porque tú fallaste como patrón, como instructor y como experto. No eres digno de ser patrón, no eres digno de instruir y no eres un hombre sabio, ya que tu experticia no logró que tu aprendiz hiciera las cosas bien” y acto seguido agregó. “No acepto la mediocridad en quienes me sirven, mi exigencia es la virtud, la pulcritud, la exactitud y la cultura” Luego de dicho esto, el relojero fue arrastrado por los guardias hasta el patio trasero del palacio y sin permitirle confesarse, se le cortó la cabeza con un sable y se la dieron a los perros, quienes la devoraron completa. Su cuerpo fue cercenado en pequeñas partes y luego quemado en la chimenea del palacio. Mucho tiempo después, los relojeros del mundo supieron del horroroso fin de uno de los mejores maestros franceses de la relojería, y lo nombraron Mártir y patrono de los relojeros.
-En su honor y hasta el día de hoy, los relojes que tienen números romanos llevan el 4 representado por cuatro palitos (IIII), una concreta manera de rendir honores en cada reloj, al único mártir de los relojeros.

3- Cuando usted hace un brindis, al terminar de decir las payasadas que usualmente se dicen, se hacen chocar las copas entre ellas. Esta costumbre tiene una lógica muy poco conocida.
Cuando uno disfruta de un buen vino o una bebida agradable, se encuentran presentes todos los sentidos, menos uno. -El gusto (lo saboreamos); la visión (lo observamos); el olfato (lo olemos); el tacto, (lo podemos tocar), pero falta uno muy importante, el sentido de la audición, y al chocar las copas entre ellas y provocar ese inequívoco y cristalino sonido, lo que hacemos es reunir a todos los sentidos para celebrar de manera completa.

AHORA ALGUNOS CHILENISMOS
“Que plancha hueón, me mande un tremendo condoro con mi polola”, esta frase, comprensible por la gran mayoría de los chilenos, para un extranjero sonaría como alguna especie de idioma alienígena. Es que somos buenos para distorsionar nuestro lenguaje, dando origen a nuestros apreciados chilenismos, aunque rara vez nos preguntamos cómo aparecen o de donde provienen, simplemente los usamos. Por eso, para quedar como el rey del asado (o del conocimiento inútil), a continuación les presento el origen de algunos de nuestros vocablos más característicos.

Nota: Muchas de nuestras palabras tienen varias teorías respecto de cómo nacieron, es por eso que explico las más creíbles.

Bacán: Quizás uno de los chilenismos más utilizados después del huevón. Es muy popular y ya es difícil que alguien no entienda su uso, sobre todo si se es chileno, pero por si acaso, se utiliza para referirse a algo extraordinario o muy agradable. La teoría más fuerte es que proviene del término "bacanales", que en el imperio romano eran las fiestas en honor al dios Baco (dios del vino). Imaginarán como eran de buenas esas fiestas. Ojo, no es que los romanos usaran la palabra bacán, simplemente la adoptamos de su concepto de celebraciones descontroladas.

Pololear: Si en Chile estás pololeando quiere decir que tienes una pareja estable o una relación afectiva con un cierto grado de formalidad, pero sin un vínculo legal. Es distinto a ser novios, ya que eso implica un compromiso a casarse en el futuro, en el pololeo no. El origen de la palabra se remonta hacia 1880. En esa época era común ver coleópteros que se acercaban al fuego y a la parafina. Esta afinidad de los insectos, llamados pololos, por las llamas, motivó a los bomberos de una compañía en Santiago a mandar a hacer una insignia con su figura. Entonces, después, como símbolo o prueba de amor, le regalaban su insignia a las enamoradas, por eso se les empezó a decir pololas.

Luca: Es actualmente el billete de mil pesos, pero también la usamos para el dinero en general. La palabra surgió en el siglo XVIII cuando se llamaba “pelucona” a una moneda de oro en la que aparecía el monarca con una gran peluca. Después, por acortar la palabra, se cambió a “peluca” y luego pasó a ser simplemente luca. Siempre hemos tratado de ahorrar letras y aire en pronunciarlas.

Flaite: Este concepto ampliamente difundido en nuestro vocablo se refiere a las personas asociadas a la delincuencia, la marginalidad y a formas de vestirse. Hay varios posibles orígenes de flaite, uno sería que viene de la palabra en inglés “fly” (volar). En Argentina se referían así a los delincuentes que viajaban en avión entre Buenos Aires y Europa. También fly aparece como una referencia a los que fuman marihuana, ya que eran conocidos como volados. Sin embargo una de las teorías más fuertes, señala que la palabra flaite vendría de un modelo de zapatillas llamado Air Flight desarrollado por la marca Nike. Como eran altamente demandadas por los jóvenes y debido a su alto valor, fueron falsificadas. Los modelos piratas se llamaban Flight Airs, de ahí derivó en “flaiters” y su uso se expandió para referirse a los jóvenes que las usaban, normalmente de bajos recursos.

Condoro: ¿Quién no se ha mandado uno de estos? Condoro es una palabra utilizada para referirse a un error o a realizar algo que desemboca en consecuencias negativas. Hay dos teorías respecto al nacimiento de este término. Una dice que nació debido al episodio del “maracanazo”. Chile jugaba contra Brasil en rio de janeiro, y necesitaba una victoria para poder llegar al mundial. Como la selección nacional iba perdiendo y aprovechando el humo de una bengala que cayó a la cancha, el arquero chileno Roberto “Cóndor” Rojas, se cortó a sí mismo en la cara. El plan era que suspendieran el partido y se jugara en cancha neutral, así podían tener más chances de ganar. Sin embargo, se descubrió el hecho, Rojas admitió haberse auto infligido la herida y le prohibieron volver a jugar en el fútbol profesional. Además Chile fue vetado para asistir al mundial de Italia '90 y de EE.UU. '94 (¡"genios"!). La otra teoría tiene que ver con el mítico personaje Condorito. Los reos en las cárceles tenían la costumbre de llevarse una de estas tiras cómicas al baño, por lo que era frecuente que dijeran “voy por un condorito”, todos sabemos a qué se referían realmente.

Cahuín: Todos hemos dicho un cahuín alguna vez. Hemos contado chismes o relatos sobre otras personas y muchas veces agregamos mentiras o exageraciones. La palabra es de origen mapuche, y hacía referencia a una reunión de los caciques o loncos, en la que se conversaba de la situación de cada familia. Esto servía para saber las últimas cosas que hacía cada familia. Pueblo chico, infierno grande, dicen.

Cachai: Es otro término que ya es parte de nuestro uso diario y que se refiere a comprender algo. También puede ser usado en remplazo del verbo imaginar: “¡Te cachai que tuviera ese auto!”. Su origen viene del inglés “to catch” que exactamente se refiere a atrapar, pero es usada para referirse a entender o comprender algo.

Suche: Es una persona a la cual se le encargan las tareas más pesadas o desagradables. Ser el suche de alguien equivale a ser un sirviente casi al borde de la esclavitud. Los mapuches utilizaban está palabra para referirse a los más jóvenes que eran utilizados como mensajeros. El término viene de suchy, que en quechua es a quien se le encarga una encomienda para entregar a otro.

Paco: Se usa para referirse a nuestros queridos carabineros. Dicen que viene de la palabra quechua p’aqo que significa rubio o castaño claro. Una teoría es que en el siglo XIX la policía (entonces llamados "serenos") utilizaba un poncho de ese color, que se transformó en color “paco”. Un punto importante es que a las fuerzas del orden no les agrada mucho que los llamen así. ¡Así que preocúpate de nombrarlos con respeto! CARABINEROS.

Valer callampa: Usamos esta expresión para señalar algo sin valor o que es poco apreciado. Una teoría dice que nace del concepto de poblaciones callampa en Chile que son agrupaciones de hogares de material precario y muy ligadas a la pobreza (llamadas así porque aparecen rápidamente como las setas u hongos). Otra versión plantea que la expresión viene de los juegos electrónicos o flipper; en estos hay figuras que parecen callampas y que si son tocadas por las bolitas metálicas no otorgan puntuación, o sea, no valen nada. Finalmente, la más burda es que el término callampa hace referencia al miembro masculino, por su similitud con este.

Patas negras: Se llama así a las personas que se involucran amorosamente con alguien que ya tiene pareja o es casado. Se dice que la expresión nació en Lota y era el sobrenombre de un minero del carbón que trabajaba de noche y que al terminar su jornada, temprano en la mañana, visitaba a escondidas a la esposa del jefe de la mina. Como los vecinos lo veían llegar descalzo, con los pies negros por el carbón y además sabían lo que sucedía, le comenzaron a decir el patas negras.

Darse vuelta la chaqueta: Es una expresión que se utiliza cuando se cambia de opinión radicalmente y de forma muy oportunista. El dicho como tal apareció durante la Guerra Civil de 1891, los partidarios del presidente Balmaceda que eran derrotados se cambiaban de bando, es decir se ponían la chaqueta y el uniforme de los que antes eran sus enemigos.

Plancha: Con esta palabra hacemos alusión a tener vergüenza o sufrir una situación embarazosa. El uso de “plancha”se originó a partir de las fiestas en que las jovencitas esperaban sentadas a que un hombre las invitara a bailar. La mujeres hablaban de “planchó el vestido toda la noche”, cuando una mujer no era invitada a bailar durante toda la velada. Incluso eran reconocidas como “planchadoras”, lo que era una humillación.

Cabros / cabras: Este término es utilizado para referirse a hombres y mujeres jóvenes. También es usado por estos para hablar de su grupo de amigos: “Me juntaré con los cabros”. Dicen algunos que esto es porque antiguamente “cabra” era un carruaje tirado por un solo caballo. Normalmente en ellos viajaban muchachas de alcurnia, por lo que la palabra paso a usarse para referirse a estas mujeres.

Se le soltaron las trenzas: La expresión se refiere a quienes liberalizan su comportamiento radicalmente. Por ejemplo alguien muy recatado, que no va a fiestas y que de un día para otro se convierte en un fiestero de corazón, es alguien a quien se le “soltaron las trenzas”. El concepto nació en el siglo XIX, cuando las mujeres solteras salían a la calle con el pelo tomado o con trenzas. Estas se soltaban después de la noche de bodas, cuando las mujeres perdían su virginidad.

Ponerle pino: Esto quiere decir realizar una actividad con muchas ganas y con esfuerzo. El pino, obviamente, no se refiere a los arboles sino que al relleno de las empanadas que se compone de carne, cebolla, huevo y pasas. Entonces, rellenar una empanada con harto pino, es una empanada hecha con ganas.

Cortar las huinchas: El dicho se usa cuando se está en una situación de mucha ansiedad por hacer algo. Por ejemplo, alguien que está en ayuno y tiene muchas ganas de comer podría decir: “Estoy que corto las huinchas por un plato de comida”. El origen de la expresión viene de la hípica. Antes de que existieran los partidores automáticos en los hipódromos, se utilizaba una cinta elástica para retener a los caballos antes de que largaran la carrera. La palabra es de origen quechua y se refiere precisamente a una cinta para sujetar caballos.

Trucho: Esta palabra se refiere a algo falso o de origen ilegal. El concepto nace en Argentina pero hay varias versiones sobre su génesis. Primero que surgió cuando los políticos de izquierda en los años setenta, en ese país, se cambiaban de identidad. En el país trasandino se usa “trucha”, para referirse al rostro. Entonces cambiar de identidad era como cambiar de “trucha”, lo que después derivó en trucho como algo falso. La otra versión habla de que en los años '80 hubo una crisis ecológica que mataba a las truchas del rio Paraná. Se supone que la muerte de estos peces se debía a la contaminación de empresas que pagaban a funcionarios y encargados de la vigilancia de estas para que no los sancionaran o fiscalizaran. En un programa de radio, el locutor incitaba a estos funcionarios a “dar la trucha” (cara) y si no eran unos “truchos”. Esta expresión se popularizó hasta llegar a nuestro país, por lo que técnicamente no es un chilenismo.
¿Cómo les quedó el ojo?

Para Tejemedios escribió
IVÁN QUINTANA
DIRECTOR TEJEMEDIOS