2012 DEVUÉLVENOS EL EQUILIBRIO NATURAL, MORAL Y SOCIAL

En Chile y nuestra querida e histórica Provincia de Ñuble, comenzamos un nuevo año, el que sin duda marcará un gran cambio para algunos y para otros será casi un calco del que se fue. En ocasiones como éstas, las personas han sentido el desafío de reflexionar profundamente sobre ellos mismos, sobre el mundo y el significado de todas las cosas. Creo que hay fuertes razones por las que nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes, debemos hacer del año venidero una ocasión de renovada reflexión sobre nuestras vidas y sobre las evidentes y disímiles características de nuestra sociedad, así como también sobre el concepto de nuestra propia existencia. Creo que sería maravilloso si como resultado de nuestro profundo pensamiento, el nuevo año trajera consigo un verdadero cambio que nos hiciera mejores personas, mejores en todos los sentidos.

Si tuviera que sintetizar la situación del mundo, del que somos parte inseparable, queramos o no, la describiría como una verdadera advertencia. Algunos cálculos estiman que habrá unas cuarenta mil millones de personas sobre la Tierra hacia fines del próximo siglo, y consideran que esa cifra será una grave amenaza a la existencia de la vida en el planeta. Varios recursos no renovables, ya sea combustible o materias primas, se consumen a un ritmo acelerado. Especies enteras están desapareciendo y la humanidad se está privando conscientemente de una sustancia vital como es el oxígeno.

Al mismo tiempo, la globalización avanza a una velocidad espeluznante, lo que significa que nuestra planeta se encuentra, por primera vez en la historia, cubierto por la capa de una única civilización. Se está transformando en un entorno unificado y electrónicamente interconectado. Estamos presenciando un fenómeno extremadamente peligroso al ver cómo la presión unificadora de la civilización global sobre la creciente población genera nuevos antagonismos sociales.

El desafío de las distintas comunidades por defender su identidad y unicidad bajo estas condiciones, multiplica los conflictos entre culturas, grupos y tradiciones étnicas de la civilización. Las gigantescas aglomeraciones urbanas, en las que el progreso de la civilización inevitablemente comprime a la raza humana, destruyen a las comunidades naturales y también a los instrumentos naturales del autocontrol moral de la sociedad, lo que lógicamente conduce a un aumento en la tasa de criminalidad.

Las naciones opulentas con economías avanzadas, se esmeran para que los mercados de los países pobres permanezcan abiertos a ellos en la mayor medida posible, mientras que ellos cierran sus propios mercados a otros. -Probablemente no es una señal de buena tendencia que el valor de las propiedades de las tres personas más ricas del mundo, exceda la suma del producto bruto interno de un grupo de países en vías de desarrollo, con un total de seiscientos millones de habitantes, muchos de los cuales sufren de hambruna y caen muertos de hambre en plena calle. 

Sin embargo tengo claro que la humanidad conoce muy bien estas y otras amenazas a nuestra civilización. Son cuestiones recurrentes, ya tratadas en muchas conferencias globales y libros que tratan el tema a nivel profesional y popular. De todos modos, el mundo carece de la firmeza necesaria para revertir estas tendencias desfavorables. Como si por inercia y en contra del sentido común, el concepto que prevalece fuera ‘apris nous le déluge in termis’, es decir: los intereses inmediatos por sobre los intereses de largo plazo.
-En mi opinión, esto sucede porque la humanidad, sin ser totalmente consciente de ello, está perdiendo la antigua humildad ante el secreto del origen, del orden y las intenciones del Ser, es decir, de aquello que nos supera. Consecuentemente, las personas están perdiendo el sentido de la responsabilidad por el mundo en tu totalidad y la responsabilidad ante los ojos de la eternidad. La globalización en el campo de la información y los negocios, no se ve acompañada por el creciente sentido de responsabilidad global. La conciencia parece confundirse detrás de la ciencia, de la investigación y la tecnología, o detrás de esa clase de conocimiento humano que determina la dirección del mundo actual.

Es cierto que millones de personas aún van a sus iglesias y practican sus cultos, rezan a sus dioses, algunos incluso luchan con otros en nombre de sus dioses, sin embargo, la humanidad se comporta como si no hubiese ningún ser superior a nosotros, como si a pesar de la naturaleza temporal de nuestra existencia y las limitaciones de nuestra capacidad para comprender el significado de las cosas, fuésemos los hacedores, amos y dueños del universo. Parece ser que se olvidan que algún día todos vamos a morir, que tenemos fecha de vencimiento y no hacemos nada por cambiar lo políticamente correcto, por lo moralmente correcto, mientras aún tenemos tiempo.

En resumen, nunca en su historia la humanidad ha estado más interconectada, más globalizada, pero también más amenazada en los aspectos que aseguran nuestro equilibrio natural, moral y social.

De todo corazón, deseo que vuelva la esperanza a nuestras vidas, y a la vida de nuestro país. Pan y trabajo, Paz y trabajo, Salud y trabajo, Amor y trabajo, Moral y trabajo, pero por sobre todo Dios y trabajo. Felicidades a todos, y que este nuevo año sea generoso en bondades y alegrías, y por el contrario muy mezquino en lágrimas y dolores con cada uno de nosotros y nuestras familias. Feliz Año 2012 a los locos, a los políticos, a los pobres, a los ricos, a los desposeídos, a los incomprendidos, a los reprimidos, a los calumniados, a las mujerzuelas, a los pisoteados, a los explotados, a los acallados, a los abandonados, a los cesantes, a los indignados, a los suicidas, a los enamorados, a los perros, a los gatos, a todos nosotros…

Iván Quintana Abello
Director Tejemedios