Tras una prolongada agonía de la porquería de modelo de democracia de elites, que se había mantenido y que tal ves persistirá por algún tiempo en esta decadente pantomima política, la sociedad chilena percibe que la realidad política se ha modificado profundamente tras la llegada a La Moneda de los responsables del orden productor de malestares e injusticias y el alejamiento de quienes lo administraron por casi 20 años.
Esa sociedad intuye que ya no volverá a los tiempos de los dos bloques que cohabitaron en el modelo dictatorial sobre la base de acuerdos mutuamente convenientes; ni aquella franja que había votado religiosamente por la Concertación , y que estuvo dispuesta a los mayores sacrificios, al mal menor, con tal de impedir que los hijos de Pinochet y sus acompañantes llegaran al gobierno, ni tampoco aquella otra fracción social que enfrentada a la dura realidad, ha visto y experimentado que sus líderes, a quienes vio esforzarse por conquistar La Moneda tras casi 60 años, sólo trabajan para los amigos, compadres y para sus empresas y que las penurias del día a día, siguen siendo las pesadillas reales que los aliancistas no tienen mayor interés en enfrentar. La idea clara es mantener estatus quo.
Más allá de las cifras transitorias que alimentan la imaginación de estrategas y operadores, lo cierto es que la democracia chilena sigue padeciendo una enfermedad crónica, cuyos síntomas más visibles son el descrédito de las instituciones políticas que se caen a pedazos a cada rato y la enorme distancia que separa a las cúpulas que usufructúan del poder y sus privilegios de la inmensa mayoría de Chile, sin haber distinción de los tan cacareados bloques que aún conservan cargos de representación y fingen representar al país. Sin ir más lejos hoy ya se habla del escándalo del crédito CORFO, que estafó a miles de estudiantes universitarios y que procederá a rematar las casas de los padres que no pueden pagar los estudios superiores de sus hijos. -Aún así el gobierno sostiene que la equidad en la educación asegura la misma posibilidad de estudios para todos los chilenos. Yo creo que a todos les vieron las canillas y más encima tiraron las manos. Esta manera de impartir educación, o de repartir la torta, es propia de un cumpleaños de monos. “Una chacota llena de gueveo, desparpajo político y financiero”
En medio de este proceso de descomposición putrefacta que se da en todo nivel, incluso en las comunas gobernadas por corruptos, está naciendo una nueva oposición política, que nada tiene que ver con quienes desean conservar posiciones de privilegio, de poder, ante los poderosos del mercado en el Estado. -Se trata de una oposición cultural de enorme arraigo juvenil y popular llamada a jugar roles cruciales en el nuevo Chile que está naciendo.
La nueva oposición busca recuperar las riquezas naturales para Chile, gestionar los sistemas de seguridad social, de salud, y de educación, conforme a criterios de bien común y no a las reglas del mercado y el beneficio propio de los mismos de siempre, esos que lucran hasta engordar en los puestos de trabajo. La nueva oposición aspira a que las fuerzas armadas cumplan un rol garante de las derechos sociales y de la voluntad popular y dejen de lado el apaleo sin sentido, además anhelan que Chile sea reconocido como un país donde impere la justicia, y la democracia sea el efectivo gobierno del pueblo, dejando atrás ese conocido sobrenombre de país ladrón, guiña como gato e campo, acuñado por todos los estratos sociales, pero que sin embargo donde se dan los golpes más degenerados al patrimonio, es en las esferas de poder. Los políticos están tan basureados que la gente ahora opta por los candidatos independientes, esperando en su fuero interno que no sean unos manduqueados del partido y que no les metan la mano por debajo y los tengan agarrados de sus partes pudendas. -Si esta editorial le parece mal a alguien, me importa un pepino, porque la verdad siempre es un buen caldo caliente para pasar los temporales del alma dijo mi abuelita que en paz descanse. -Vieja, sabia, chora, puntuda y politiquera hasta la médula, quien supo aceptar todas las cochinadas y malabares que hacían los políticos, eso sí, lo que nunca aceptó fue a los comunistas. Mi vieja querida, nunca entendió por qué gente adulta pensaba como niño…Yo nunca le di la respuesta, por que el tema no me interesaba en lo más mínimo y porque nunca me ha gustado hablar del término comunismo, marxismo, o colectivismo, lo encuentro descontextualizado, por el contrario prefiero utilizar el término “Gatopardismo” que en Chile, es lo mismo.
Iván Quintana
Director Tejemedios
