Se llama cambio climático, a la modificación del
clima con respecto al historial climático a una escala global o regional. Tales
cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los
parámetros meteorológicos: temperatura, presión atmosférica, precipitaciones,
nubosidad, etc. En teoría, son debidos tanto a causas naturales como
antropogénicas y hoy, todos estos factores nos están orillando al fin del
planeta y la vida como la conocemos.
De acuerdo con los últimos informes de la
Organización Meteorológica Mundial, y distribuido a académicos, investigadores,
ambientalistas, expertos en contaminación, y que fuera elaborado en Japón por
más de 60 reputados especialistas en el calentamiento global, el cambio
climático le depara a la humanidad riesgos mucho más inmediatos y peligrosos de
lo que se creía. A modo de ejemplo, ya está comprobado que en 35 años más, a
partir del 2014, el agua dulce, la que consumimos, tendrá un PH de 1 a 2, lo
que indica que será tan ácida, que no la podremos consumir, y eso será efecto
de la lluvia ácida, la que hoy ya es irreversible, puesto que las medidas
mitigantes no son tomadas en cuenta por los gobiernos, por razones económicas.
Como ejemplo podemos mencionar a tres de las principales fuentes productoras de
lluvia ácida en el mundo, pero que también están presentes e Chile: El parque
automotriz, las Termoeléctricas de cualquier tipo, y las empresas metalúrgicas
o metal mecánicas.
El cambio del clima, que se asocia directamente a
la lluvia ácida y cuyos impactos, como las sequías del norte de México o los
fuertes huracanes del año pasado en EE.UU, ya se han hecho realidad. Esto sin
duda podría provocará problemas globales como hambrunas, enfermedades, sequías,
inundaciones y guerras por el acceso a los recursos.
Al respecto, un gran científico y ex profesor de la
Universidad Católica, Dr. En ciencias, Chris Field, con quien me formé en la asignatura
de (Economía Ambiental Sostenible), me dijo en una oportunidad: "Está
claro que no estamos preparados para los eventos que estamos viviendo y los
gobiernos como Chile, tienen ministerios que cuando se tratan los temas
ambientales, trabajan a media máquina, por temor a producir pérdidas al estado.
El costo ambiental, el daño ambiental, no lo asumirán ellos, pues es a largo
plazo, aunque no tan largo, y eso es una verdad brutal".
Riesgos globales para la civilización:
Desigualdad social: Con un enfoque relativamente nuevo, los científicos revelan que hay relación entre el aumento de la temperatura y la generalización de la pobreza. Así, sostienen que el crecimiento económico y la reducción de la pobreza se ralentizarán y los ingresos totales del mundo podrían disminuir.
Aumento de la violencia: La falta de recursos
naturales como el agua potable será un factor desestabilizador en las próximas décadas
y aunque no llevará a guerras abiertas, agudizará los conflictos ya existentes.
Incremento de las enfermedades: Las seguías, la
falta de alimentos, la pobreza y otros problemas potenciales debidos al aumento
de la temperatura y el cambio climático, podrían acelerar el desarrollo y la
propagación de enfermedades crónicas e infecciones, lo que, junto con otros
factores, daría un matiz apocalíptico a la civilización moderna.
Hambre: Para el año 2050 los precios mundiales
aumentarían entre un 50% y 84% debido a los cambios de temperatura y los
patrones de lluvia, algo que sumado al posible empobrecimiento de significativa
parte de la población, provocaría hambrunas en diversas regiones del mundo.
Cabe señalar que, sólo durante la próxima década, la producción mundial de
cereales se reduciría en un 2%, mientras que la demanda crecerá en un 10%.
Menos agua potable disponible: Por cada grado
centígrado suplementario, el mundo tendrá menos agua disponible. Además la
actual contaminación del agua podría reducir, para el 2080, aún más el acceso
al agua potable para la población. Se estima que un 7% de la población mundial
no tendrá acceso a este recurso vital. No obstante, aún hay tiempo para tomar
medidas y evitar la catástrofe, aunque, si el frágil balance climático se
altera, estos problemas latentes podrían acentuarse drásticamente.
Cabe señalar que estas conclusiones coinciden con
los resultados del informe sobre el colapso irreversible de la civilización
industrial, elaborado por el Goddard Space Flight Center de la NASA. De acuerdo
con sus autores, el cambio climático está estrechamente relacionado con el
desarrollo insostenible, por lo que la civilización industrial global podría
derrumbarse en los próximos decenios debido a la explotación irresponsable de
los recursos y la distribución cada vez más desigual de la riqueza.
Los efectos del cambio climático, aunque a largo
plazo, ya han comenzado a evidenciarse en las sequías, altas temperaturas,
lluvias constantes, formación de tormentas más agresivas y en el incremento del
nivel del mar. Estas variaciones meteorológicas, según los expertos, van a
afectar las condiciones de vida de las personas, particularmente de quienes
viven cerca de las costas.
LA REALIDAD ACTUAL DEL CAMBIO CLIMÁTICO
La pérdida de hielo en Groenlandia es seis veces
mayor que hace dos décadas, mientras que en la Antártida es cuatro veces mayor.
Esto a causa de veranos más prolongados e intensos, por lo cual el hielo no
alcanza a recuperarse en invierno. Los cambios en la Antártida y Groenlandia, a
pesar de la lejanía física, pueden repercutir en la disminución de la pesca y
el cultivo en países caribeños, ya que se pueden observar cambios en las
corrientes marinas, la salinidad del océano y las temperaturas terrestres que
inciden directamente sobre los organismos vivos.
El deshielo y el calentamiento del océano producen
a su vez un incremento en el nivel del mar, que afectará a las personas que
viven en las costas, que representa el 80% de la población mundial. Las inundaciones por lo tanto serán más
graves y comunes. Los aumentos en la cantidad de lluvia son también un efecto
directo del cambio climático. Las zonas
de mucha lluvia verán un incremento de lluvia, mientras que las zonas de poca
precipitación, experimentarán sequías o mucha menos lluvia de la acostumbrada.
¿CÓMO SALVAR ESTE COLAPSO?
La mitigación va desde lo más simple y accesible,
como reducir el consumo de energía eléctrica y la emisión de dióxido de carbono
a la atmósfera, hasta soluciones de ingeniería aeroespacial más complejas, como
poner espejos en el espacio que reflejen los rayos solares, aunque los
científicos y ambientalistas se muestran cautelosos con esta última opción. Lo
más importante son las intervenciones del día a día, y que la gente se adapte
con pequeños cambios.
La planificación es otra parte de la mitigación de
daños, los gobiernos no pueden seguir otorgando permisos de construcción en
zonas de riesgo por su cercanía a los cuerpos de agua. La brecha tecnológica
entre países podrá significar una brecha en el plan de mitigación de daños,
pero es importante que los gobiernos se inserten en un diálogo transnacional
para llegar a acuerdos respecto a este problema común. Una alternativa
inevitable es la transición a fuentes de energías renovables y la disminución
en el uso de combustibles fósiles. Todo lo que podemos hacer, es informar a
quienes toman decisiones lo que está pasando.
"Si el calentamiento global se eleva otros dos
o tres grados Celsius, con seguridad veremos cambios que harán de la Tierra un
planeta muy diferente del que conocemos ahora. La última vez que estuvo tan
caliente fue en el Plioceno Medio, hace unos tres millones de años, cuando el
nivel del mar fue estimado en unos 25 metros por encima de los niveles actuales"
Iván
Quintana
-PROFESOR, LICENCIADO EN EDUCACIÓN
-LICENCIADO EN ALTA GESTIÓN AMBIENTAL
-FACULTAD DE CIENCIAS BIOLÓGICAS Y FÍSICAS-
UNIVERSIDAD CATÓLICA