LA LEY ANTIDISCRIMINACIÓN, ¿DISCRIMINA EL MATRIMONIO GAY?

Para una persona como yo, que ya sabe de la inexistencia de la democracia en su estado genuinamente puro, y de la ausencia total de tino y criterio entre la parvada de buitres que forman y dan vida a la rancia clase política chilena, el asesinato de Daniel Zamudio es simplemente absurdo, un hecho que jamás debió ocurrir; no obstante, la sociedad entera puede resignificarlo exigiendo a los buitres que legislen de modo sustantivo en contra de las exclusiones.
Más allá de los alcances y dividendos políticos, el Gobierno ha dado suma urgencia al proyecto de ley antidiscriminación, que descansaba y dormía el sueño de los justos en el Congreso desde el año 2005. Además, se planteó el compromiso de escuchar a las diversas organizaciones de la sociedad civil que estén interesadas en el mejoramiento de esta normativa.
Los parlamentarios de la UDI, gente de palo, que esgrimen ser el partido del pueblo, pero de uno que debe ser de marte u otro planeta que no conozco, en ocasiones anteriores se han opuesto férreamente a la aprobación de esta ley, y hace poco manifestaron, a través del diputado Felipe Ward, que apoyarían esta iniciativa legal, siempre y cuando no se transforme en la antesala para introducir la discusión del matrimonio igualitario.

Al parecer, Ward ignora que el texto aprobado en segundo trámite constitucional en el Senado contiene una norma que manifiesta de manera expresa que la ley antidiscriminación no puede ser invocada para afectar el sentido y alcance de otras normas vigentes. Este fue un resguardo introducido por los conservadores para evitar modificaciones en el artículo 102 del Código Civil, en donde se consagrada la definición heterosexual del contrato matrimonial. El temor de los conservadores, representados por el diputado Ward, llega a tal punto que crean normas que atentan contra los principios básicos de la interpretación de la Ley Antidiscriminación.

Ya está más que claro, que es absolutamente innecesario introducir especificaciones como la mencionada anteriormente, es decir, que la ley antidiscriminación no puede ser invocada para variar el actual contenido del matrimonio, justamente, porque no está expresado en su texto ni en su espíritu afectar a otros cuerpos legales, excepto en lo que toca a las agravantes penales, sin embargo algunos políticos con poca sinapsis cerebral, faltos de cualquier tipo de inteligencia política, especialmente aquellos que pertenecen a la UDI, siguen tonteando con sus miedos fálicos, como si el gusto por la homosexualidad o lesbianismo fuera contagioso.

Para ser más fino aún en este tema, debo aclarar, para los que no saben, que el contrato matrimonial es una materia de regulación especial, así lo indican los principios básicos de interpretación legal consagrados en nuestro Código Civil, siempre las normas especiales priman por sobre las generales, como podría ser la ley antidiscriminación.

Lo anterior significa, para pesar de los conservadores, especialmente de la UDI, que no hay argumentos constitucionales para oponerse a la introducción del matrimonio igualitario a nuestro sistema legal, y que conste que no estoy de acuerdo con eso, no estoy a  favor con el matrimonio entre personas del mismo sexo, sin embargo estoy a favor de los derechos igualitarios y comulgo con la democracia real, efectiva y pareja para todos. También con el derecho a ser feliz, mediante la opción de vida de cada uno. Después de todo, ¿quién soy yo para decirle a otro la manera en que debe ser feliz, o la manera en que debe comportarse para que la sociedad lo acepte?…NADIE. -Yo tengo mis valores, mi religión, y también mi fe doctrinal, pero no puedo imponerla a la fuerza, eso no me lo enseñaron así, ni en la iglesia, ni en la casa.

Es completamente indignante constatar que en nuestro desarrollo jurídico, político y social, los conservadores de este país, confían en la ciudadanía sólo en su papel de electores, pero no como agentes capaces de autodeterminarse y dirigir sus propias vidas, -Equivocados o no-

Iván Quintana
Director Tejemedios
Comunicador Social, Profesor, Licenciado en Educación