LOS IMBÉCILES FLORECEN COMO CALLAMPAS EN INVIERNO

¡El imbécil no piensa, pero desparrama como perro nuevo!
La palabra Imbécil la heredamos del griego y en su origen la usaban para llamar a aquellos que vivían apoyandose sobre los demás, los que dependían de los demás para pensar, caminar o para ir al baño. -Otra versión dice que viene del término (Imbellum), es decir "no válido para la guerra" ni para defenderse solo, -son aquellos que por sus características físicas o mentales no son viables para realizar ninguna acción en bien común de otro, lo que fue acuñado por siglos por los romanos...

Desde hace mucho tiempo, el hombre, ser irreflexivo por naturaleza, se casa con quien no debe, se mete donde no lo llaman, algunos hace juicios apresurados y poco inteligentes, otros prestan sus oídos a verdaderos idiotas, los que se suponen lo aconsejan. En definitiva, siempre hace lo que no le piden. De ahí nace la naturaleza del Imbécil, ese que a causa de otros no tan imbéciles, siempre termina metido en embarradas a las cuales no fue llamado y por lo general es considerado el tonto útil de la manada. Este tipo de personajes hacen nata, principalmente en la clase política chilena y para variar siempre están apoyando al perdedor. -Desde los tiempos en que el hombre es hombre, surgió la figura del imbécil, que para este caso puede ser hombre o mujer, eso da lo mismo, reproduciéndose de manera exponencial hasta nuestros días. Imbécil es el que toca el botón que dice no tocar. Imbécil es una palabra rotunda, potente, que llena la boca cuando la pronuncias. Es mucho más humillante que tontito, que tiene un tono un poco más afectivo y cariñoso. Imbécil es el que inventó el sistema económico actual, Imbécil es el que creó las AFP, que suena más a un familiar con una enfermedad que a algo relacionado con mi seguridad. Imbécil es el que aprueba sin chistar un aumento de 2 millones de pesos en la dieta parlamentaria, Imbécil es quien disfruta quemando bosques, sobre todo en verano, ¿será porque tiene frío el imbécil? Pero por sobre todo Imbécil, es quien a sabiendas que un candidato es tirano, falto de democracia, un tanto ordinario para hablar, falto de modales, bueno para tirar las manos, y adepto a asistir a casas de mala nota, va y escribe en las redes sociales, que lo extraña y más encima lo trata de DON. Esa sin duda es la cúspide de la imbecilidad, la que no tiene cura, porque si yo les explicara que están equivocados, seguramente me taparían de epítetos y frases poco santas. Esto ocurriría debido al grado sumo de imbecilidad alcanzado. -Con los imbéciles no hay diálogo y la historia nos lo ha enseñado hasta el cansancio, por lo tanto lo único que se puede esperar al final, es que pase una mosca volando y el imbécil ocupe todas sus neuronas en seguirla para ver donde se para.

El Inteligente piensa, analiza, aporta y logra la meta.
Primero quiero aclarar que como Inteligente, no estoy pensando en su significado académico, sino que me refiero a la capacidad que se tiene para comprender que para ganar una elección, no basta con ser cálido y simpático, no basta con tomar vino y comer como chancho sin servilleta para caerle bien a la gallada sin instrucción, sino que se necesita ser capaz de exponer convicciones, ideas y sobre todo valores. -Más importante aún, se requiere explicar cuál es el proyecto de ciudad que se propone para el futuro y dejar en claro que no se permitirá a nadie tirar las manos para agarrar lo que más se pueda, como ya ha ocurrido en años pasados, donde lo único que no se hizo fue ponerle ruedas a la municipalidad, y no se hizo porque no supieron cómo. -Olvidar esas cositas es no entender que los votantes tienen sus propias convicciones y que no les basta con una sonrisa bonita, eso es sólo para los Imbéciles que se venden por un choripán. La experiencia, convicción y trayectoria en la defensa de ciertos principios e ideas, es la manera que tienen los candidatos para diferenciarse unos de otros, es la forma en que la gente se siente interpretada y cautivada. En efecto, si se trata sólo de simpatía, chorezas y vocabulario vulgar,  lleno de resentimiento en contra de sus oponentes políticos, lenguaje acostumbrado por los Imbéciles, es mejor retirarse, porque nadie quiere a un patán de autoridad, esos tiempos ya pasaron y jamás volverán, porque siempre habrá una cámara, un grabadora o un testigo que de cuenta de estos actos reñidos con la democracia, esa que tanto costó recuperar y que nadie está dispuesto a perder por culpa de candidatos que son un desastre como políticos y que sus vidas personales son peores que un descarrilamiento.
Si bien el electorado, en la mayoría de los casos, decide con grandes asimetrías de información, sabe leer muy bien a los candidatos (y lo hace con un mayor grado de precisión que el que éstos suponen). En definitiva, ganará quien tenga la inteligencia (política) para no despreciar a los votantes. -En momentos en los cuales la clase política tiene fija su mirada en las encuestas, es necesario e ineludible que los candidatos se atrevan a decir quiénes han sido, quiénes son y cuáles son sus convicciones. De lo contrario, existe el riesgo de elegir a un representante sin siquiera conocerlo.
La experiencia, convicción y trayectoria en la defensa de ciertos principios e ideas, es la manera que tienen los candidatos para diferenciarse unos de otros, es la forma en que la gente se siente interpretada y cautivada. En efecto, si se trata sólo de simpatía, hay varios candidatos que se camuflan entre sí y que usan la misma máscara.
Sin duda las propuestas serán hoy el escenario ideal he impostergable para ver quién tiene lo necesario para liderar la comuna. Estos son nuevos tiempos, tiempos para quienes piensan, razonan y se dan a escuchar. -Los Imbéciles, los vulgares, los corruptos, los que miran al piso mientras hablan para esconder la vergüenza, no tienen cabida en los nuevos tiempos, ellos son una raza que ya comenzó a extinguirse…Porque Chile maduró hace rato y no está para apoyar Imbéciles.

Iván Quintana; Director Tejemedios