20 DE AGOSTO DE 1974

El año 1974, yo estudiaba en la escuela Numero 1 Mixta de Bulnes, posterior escuela D-302 y actual Liceo Santa Cruz de Larqui. En esa ocasión, específicamente el día 20 de agosto, junto a nuestra emblemática y muy dama Directora, Señora Uberlinda Goldberg Apolonio, quien posteriormente fuera nombrada Agregada Cultural en Perú, fuimos trasladados en una antigua micro hasta el desfile en el sector de Chillán Viejo (aún no era comuna), sin embargo todos quienes íbamos en la micro, éramos niños inocentes y felices.

Claro que íbamos felices, si ya habían terminado las dos semanas de suplicio, en que el Señor Faúndez, un profesor con cero pedagogía, una capacidad casi nula para realizar una clase con metodología, y bueno para el aletazo alevoso, nos hizo desfilar en el patio a pleno sol unas 40 veces hasta que marcáramos bien el paso. -Sobre esto, muchos compañeros de esa época recordarán muy bien que cada vez que alguien perdía el paso, se ganaba una cantidad de epítetos gritados en la oreja y si era reiterativo, aparecía el famoso aletazo en la oreja y eso era aterrador para nosotros, pero en esos años, el profesor mandaba, aunque fuera más burro que uno. -Obediencia total y respeto absoluto-.

Pues bien, luego de esas semanas fatídicas y dignas del olvido absoluto (no las olvidé porque siempre terminaba enrrabiado con los gritos de ese profesor) ya estábamos en Chillán Viejo, como a 4 cuadras de la plaza, esperando pacientemente nuestro turno para desfilar y representar a la comuna de Bulnes con orgullo y gallardía.

Algunos de los apoderados más pudientes fueron a ver desfilar a sus respectivos hijos, total Bulnes ya tenía locomoción y todos viajaron en la única micro que hacia el recorrido Bulnes Chillán. -A modo de comentario, les aclararé que se llamaba “La Pluma Roja” una micro de un color verde indefinido, horrible, con asientos que parecían de palo y que nunca tuvo una pluma ni dibujada…Volviendo a lo del desfile, tengo plena conciencia que lo único que sabíamos era que se celebraba el natalicio del Padre de la Patria y que estarían las más altas autoridades de la época, al menos eso nos dijeron los profesores, que fue más o menos el mismo discurso que nos dieron en noviembre de 1973, cuando todos los alumnos observamos la quema de cientos de libros de estudio en el medio del patio de la escuela (En ese momento los profesores, cuyos nombres recuerdo clarito, pero no los mencionaré, dijeron: Estas son ordenes de las máximas autoridades de la región y del Presidente de la República queridos alumnos, pero este otro año llegarán libros mucho mejores, nuevos y más entretenidos)

-Quizás porque en esos momentos la “política” era una palabra prohibida, o porque la educación cívica no era prioridad, muchos de los que desfilaron no sabían que lo hacían ante el Presidente de la República, Capitán General Augusto Pinochet Ugarte, sí, el mismo de los libros, pero cuando llegó el momento de pasar frente a las mentadas autoridades, y el bombo nos daba fuerte en la oreja, todos recordamos lo mismo, recordamos al Señor Faúndez, y nadie se dio el lujo de perder el paso, después de todo, teníamos muchos días de entrenamiento y el Señor Faúndez no fue, así que había que ser agradecido de sus enseñanzas y hacerlo bien. -Se sentía bonito saber que todos nos miraban y darnos cuenta que las miles de personas que contemplaban el desfile nos aplaudían y agitaban las pequeñas banderas plásticas que parecían miles.

Había una banda de militares con instrumentos brillantes, que parecían nuevitos, lo que nunca antes habíamos visto en persona, y tocaban los mismos sones del disco long play de los ensayos de la escuela, aunque ahora sonaba más fuerte, ahora sonaba de verdad, ahora el desfile era de verdad, y a todos nos gustó. En ese momento y como es obvio, nadie de nosotros se acordó de O`higgins, ni de las autoridades, sólo nos concentramos en hacerlo bien, en dejar bien parado a nuestro pueblo chico y desconocido para muchos, pero tengo dos recuerdos muy vívidos en mi mente, los que nunca olvidaré, porque en mi mente de escolar, aún desierta de experiencias, ausente aún de conocimientos relevantes, eso ocupó una parte importante de mis pensamientos durante algunos años. -Fue la primera vez que ví una cámara de televisión y fue la primera vez que ví a un Presidente de Chile vestido de militar y aplaudiendo con guantes blancos, igual a los que llevábamos puestos.

Cuando terminó el desfile, nos fuimos hasta donde estaba la Pluma Roja, donde tres profesores y nuestra directora, nos dieron a cada uno un huevo duro, un pan y una bebida chica. Todo era nuevo y estábamos contentos, algunos, los más grandes, dijeron que el de traje azul y guantes blancos era el Presidente y en ese momento todos nos sentimos importantes. -Lo que es ser niño-, pura inocencia, a veces me gustaría volver a serlo y no darme cuenta de nada de lo que pasa a mi alrededor-…-Pero eso no se puede, el tiempo te marca, te madura y te curte-…Ahora cuando veo en la noticias viejos archivos del Capitán General, siento cualquier cantidad de cosas, pero les aseguro que no es orgullo…Benditos sean los niños y su escaso discernimiento.

- A eso de las 15 horas, cuando la micro ya estaba por partir, aparecieron mis padres y me fuí con ellos, pero no a Bulnes, me tenían una sorpresa única, me llevaron al zoológico de Chillán Viejo, y fue la primera vez que ví un oso, un alce, unos monos y muchos otros animales. Ese fue un día fantástico, y por eso nunca lo olvidé, incluso creo que a veces recuerdo más detalles de ese día, aunque puede que sea sólo mi imaginación.

Por algún motivo, no recuerdo haber vuelto a desfilar, y el año 1975 nos fuimos a vivir a Chillán, donde fuí matriculado en el Colegio San Vicente, frente a la Plaza La Victoria. Esa fue una época especialmente dura para mí y de mucha burla por venir del campo, como me lo decían a diario mis nuevos compañeros, sin embargo el colegio era mixto y como a mis compañeras sí les caí en gracia, a los dos meses igual ya era el presidente del curso y a final del año convencí al tesorero de gastar la plata de las cuotas en un campeonato de Tacataca, ¿Por qué lo hice? Porque me gustaba jugar al tacataca. (Primer indicio que tuvo mi profesor jefe. Señor Sáez, para aclararme que yo tenía poder de convencimiento, eso me lo dijo mientras escribía en mi libreta de comunicaciones que mis padres debían presentarse en el Colegio por mi conducta inadecuada y muy reprochable).

Hoy, luego de muchísimos años de vida, de experiencias, de pequeños triunfos y también de grandes porrazos, quiero explicarle a la gente que el 20 de agosto es el cumpleaños de O`higgins, y que a ningún niño o niña le importa si el Presidente está o no está. Lo que realmente importa, es que por un breve instante son ellos los importantes, nadie más, ellos son el foco central de todo el acto, y la gente los aplaude a ellos. -¿Qué importa si viene el Presidente o no viene? Eso sólo le importa a los grandes, a los interesados, a los políticos, a los que ya no son inocentes, a los que organizan el desfile pero no desfilan.

-Feliz 20 de agosto a todos quienes no les importa la palabra política, y también a todos los que hoy, ya más adultos, se declaran Rodriguistas, después de todo, aunque Manuel Rodríguez no tenga desfile en su honor, fue más choro, fue el jovencito de la película, aunque al final le hayan disparado por la espalda.

Iván Quintana
Director Tejemedios